Primo

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PRIMO. KAMADOS NORTEAMERICANOS CON UN ORIGEN NOVELESCO.

Un encuentro casual, una bonita historia de amor, un banquete para celebrar el Día de Acción de Gracias, importantes trabas de índole técnica y comercial y, por encima de todo lo demás, el empeño emprendedor de un auténtico inconformista. La serie de acontecimientos que dieron lugar al nacimiento de la marca de kamados Primo podría formar parte de una novela o un guion cinematográfico, pero lo cierto es que dichos ingredientes novelescos tuvieron lugar en la vida de la vida real.

La historia comienza a finales de los años 80, cuando el griego George Samaras, que había encauzado su vida profesional como capitán de un yate destinado a realizar excursiones turísticas por las islas griegas, conoce y se enamora de una estadounidense que había alquilado su embarcación para pasar las vacaciones con su familia. Prendida la llama del amor, la pareja mantiene el contacto en la distancia y, tras el traslado de la mujer a Grecia, terminan casándose e instalándose en el país heleno hasta que, siete años más tarde, deciden trasladarse a los EE.UU.

Es en dicho país donde George Samaras conoce las bondades de los kamados cuando su suegro, que contaba con uno de estos singulares hornos cerámicos, prepara un suculento pavo para conmemorar el Día de Acción de Gracias. Sorprendido por sus espectaculares resultados en materia de jugosidad y sabor, Samaras compra un kamado, lo usa con regularidad, transmite sus magníficos resultados culinarios a sus familiares y amigos y, ante el creciente interés de éstos, comienza a enviarlos a su país natal. La mecha estaba prendida.

A partir de entonces, la avalancha de peticiones desde Grecia le incita a ponerse en contacto con el fabricante para solicitar que le fuese concedida la distribución de dichos kamados en su país de origen, pero la respuesta fue negativa, con lo que, consciente del potencial económico de la idea, decide fabricarlos él mismo.

Tras una serie de obstáculos a la hora de obtener un compuesto cerámico adecuado para la fabricación de kamados, en 1996 Samaras inicia su andadura empresarial instalado en una minúscula nave alquilada de 77 m2 que únicamente le permitía fabricar dos kamados a un mismo tiempo. El nombre elegido para su empresa sería “Primo”, por su resonancia y su traducción como “el primero” o “el mejor” en lengua italiana.

Experimentación e innovación

Desde esos complicados orígenes hasta hoy, la marca de kamados Primo ha experimentado un notable crecimiento del que dan cuenta, entre otras cosas, su sede central, una espléndida instalación de 10.200 m2 en la localidad de Tucker, Georgia (EE.UU.), o su importante red de distribución comercial, que abarca 27 países en todo el mundo.

La clave del ascenso como empresa de Primo podría estar en su capacidad de experimentación e innovación, que ha llevado a sus diseñadores a crear originales propuestas para intentar distinguirse de sus competidores.

En este sentido, entre sus aportaciones más destacadas cabría señalar dos grandes hitos: el lanzamiento, en el año 2000, del modelo Primo 2000, un intento de combinar las bondades de los kamados cerámicos con las barbacoas convencionales de gas y, tan solo un par de años más tarde, en 2002, la introducción de una parrilla patentada de perfil ovalado que, al menos en palabras de los responsables de marketing de la empresa, ofrecería una mayor versatilidad y una eficiencia de cocción más alta.

Kamados, “pseudokamados” y accesorios

En la actualidad, el catálogo de productos de la marca Primo se encuentra dividido, a grandes rasgos, en dos grandes líneas de producción que se diferencian, básicamente, por su sistema de alimentación.

La primera de ellas sería la denominada Primo Grill, una gama de kamados tradicionales alimentados por carbón, que se encuentran disponibles en distintos tamaños, desde los más grandes a algunos que podríamos considerar como portátiles, que presentan la característica forma oval de esta marca y que pueden ser adquiridos de forma aislada o montados sobre carros o soportes que, en casi todos los casos, se hallan a la venta por separado.

Una segunda línea seguiría la senda marcada por el modelo Primo 2000 y estaría encabezada por la barbacoa Primo Oval G 420, un peculiar intento de dotar a las barbacoas convencionales de gas de los beneficios propios de los kamados introduciendo una cúpula realizada en material cerámico para mejorar sus prestaciones. Esta solución técnica proporcionaría las ventajas en cuanto a limpieza y rapidez de encendido de las barbacoas de gas y, al mismo tiempo, aumentaría la retención del calor en el interior de este “pseudokamado”, con lo que, al menos teóricamente, preservaría en mayor grado la humedad y los jugos naturales de los alimentos, lo que se traduciría en asados más tiernos y jugosos.

A estas gamas de kamados habría que sumar una pequeña selección de accesorios que se venden por separado e incluyen deflectores, piedras para pizza, carbón e iniciadores de fuego, rejillas para costillas, termómetros digitales, parrillas y planchas, herramientas para limpiar cenizas y parrillas, soportes para pollo y, por supuesto, fundas para la protección de los kamados.

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